En alguna de las múltiples e improvisadas reuniones y tertulias que se organizaron durante la celebración en Madrid de la 63a sesión del Comité Olímpico Internacional (COI), José Antonio Elola-Olaso, como delegado nacional de Educación Física y Deportes (Delegación Nacional de Deportes, DND) y presidente del Comité Olímpico Español (COE), intentó sondear los máximos representantes del movimiento olímpico sobre las posibilidades que podría llegar a tener una candidatura olímpica española. La ciudad acogió durante la primera semana de octubre de 1965 la asamblea anual del COI, y el aparato propagandístico del franquismo aprovechó este encuentro por publicitar, tanto como fuera posible, aquello que las autoridades políticas consideraban un éxito diplomático que contribuiría a mejorar la debilitada imagen internacional del país. El España del desarrollismo daba la bienvenida a los miembros del COI mientras soñaba con el impacto que podría suponer para su integración en el contexto europeo la celebración de una olimpiada.