Barcelona’92 desarrolló una regeneración urbana de áreas abandonadas introduciendo unas cuantas medidas medioambientales. Al mismo tiempo, los asuntos ecológicos adquirieron relevancia social y política. Un mes antes de los Juegos de 1992, la “Cumbre de la Tierra” en Río generó conclusiones que fueron adoptadas por el CIO en los siguientes años. Sin embargo, la gestión de Barcelona’92 ya proponía algunos de los principios verdes y sostenibles del olimpismo. Este libro analiza esa influencia y estudia cómo la dimensión ecológica de Barcelona’92 fue comunicada. La influencia de la Eco-92 de Río motivó proyectos de comunicación como la exposición ‘Estimada Terra’ durante los JJ.OO., actividades pedagógicas en el Campo de la Juventud, el mural Pacto por la Tierra en la Vila Olímpica y la plantación de un número de árboles equivalente a la cantidad de papel consumido.